Recién estaba leyendo un post en otro Blog, y entre más lo leía más me identificaba con lo que decía. Como menciona en el post, e inspirada por Danielle Laporte, debemos tener en cuenta que “lo que dejamos de hacer, es tan importante como lo que hacemos”. Normalmente hacemos lista de cosas que queremos hacer, cosas que necesitamos hacer, cosas que forman parte de nuestra rutina diaria y que de no estar en esa lista, nunca las terminaríamos. Pero existe otra lista de cosas que mientras hacemos las anteriores, estas simplemente no las tomamos en cuenta, y a pesar de que no son muy buenas para nosotros las seguimos haciendo.
Esas cosas que si dejáramos de hacerlas, seguramente nuestra vida sería más simple. Y yo quiero una vida más simple, al menos ese es uno de mis propósitos y meta para este año y en adelante. Pero entonces ¿que cosas debería poner en esa lista para NO seguirlas haciendo?
Se me ocurren muchas, pero como tampoco quiero llenar una lista de cosas que NO debo de hacer, y que sean tantas que simplemente las deje en el olvido (y por lo tanto las siga haciendo) me limito a una lista de:
10 cosas QUE DEBO DEJAR de hacer.
- Preocuparme por todo. Y es que de qué me sirve preocuparme cuando las cosas están lejos de mi alcance, cuando no puedo hacer nada, o cuando puedo hacer algo y simplemente no muevo un dedo.
- Molestarme por lo que hacen otros. Es su vida, son sus decisiones, sus errores, son ellos, no yo. Y lo que ellos hagan con su vida, a mi no me concierne.
- Pensar que lo puedo todo. Y no quiere decir que no sea capaz de hacer mucho, porque tampoco soy SUPER mujer, simplemente que tengo que aprender a priorizar, se pueden hacer las cosas, sólo que no al mismo tiempo.
- Dejar de pensar que no soy una corredora. Empecé a correr hace poco más de 2 años, he corrido cerca de 1000 kilómetros y hasta hace unos días, me seguía preguntando si era una corredora. Por supuesto que lo soy, si corro, soy corredora.
- Dudar de mi. Si yo no creo en mí, quién más lo hará.
- Dormir tarde. Sobre todo si no quiero despertar como ogro en las mañanas. Si quiero despertar casi fresca como lechuga, más me vale hacerme al hábito y la costumbre de dormir más temprano y bien.
- Cuestionar hasta el mínimo detalle. Yo sé que hay que ser precavidos, pero creo que a veces se me pasa la mano.
- Gastar lo que no tengo. (o al menos no en el momento) he comprado para pagar a futuro, y eso no es bueno. Sé que tendré con qué pagar, y me confío, y sinceramente ese es un estrés. DEBO dejar de hacerlo.
- Estresarme tanto. Por todo y a cada rato. Es increíble como pareciera que hasta lo disfruto, o al menos por un momento, hasta que empiezo a sentirme mal físicamente.
- Sentirme mala madre. Todas tenemos esos momentos, pero al menos a mí últimamente me pasa muy seguido. Soy madre, mis hijas están felices y sanas, si fuera mala madre se notaría en ellas, ¿no?
Como les decía, podría sumar más cosas a la lista. Es tan raro que para decir nuestros defectos nos faltan dedos en las manos, en cambio si se trata de hablar bien de nosotros mismos, los dedos son demasiados. Pero esto es lo que más me preocupa por ahora, y en lo que debo trabajar.
¿Tienes una lista de cosas que DEBES DEJAR de hacer?
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