Una Mexicana en USA

Una Beca puede hacer la diferencia al ir a la Universidad

Esta compra ha sido compensada por Collective Bias, Inc. y su anunciante. Todas las opiniones expresadas son solamente mías. 
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Una Beca puede hacer la diferencia al ir a la Universidad para estudiantes HispanosIr a la Universidad puede convertirse en un sueño para muchos, y en una realidad para unos pocos cuando no se cuenta con los medios necesarios para lograrlo. Hace ya unos 12 años que me gradué de la Universidad de Guadalajara, en México, el país en el que nací y me crié y en el que aprendí que las cosas logradas con mano propia, son posibles. Ir a la Universidad no solamente era una idea que tenía cuando estaba en la Preparatoria, sino que se convirtió una realidad cuando a los 18 años, les avisé a mis papás que había sido aceptada para iniciar clases en una ciudad más grande que la que vivía y que estaba a tres horas de distancia. Mis papás no estaban de acuerdo, no solamente porque significaba que ya no estaría yo bajo su supervisión, sino porque ellos no tenían los medios necesarios para ayudarme a costear lo que representaba cursar una carrera y cumplir el sueño de obtener un título Universitario.


Cuando en la preparatoria empezaron a hablarnos de las opciones de cursar una carrera yo no tenía claro si quería seguir estudiando. Si les soy sincera creo que realmente lo que tenía en mente, era que quería salir del pueblo corriendo. No entiendo ni recuerdo la razón de esto, pero estudiar no era mi prioridad. La preparatoria había sido difícil no solamente porque las distracciones eran muchas, y porque después de haber tenido las mejores calificaciones en la secundaria, había pasado a ser una especie de alumna “de segunda” o de relleno, porque el irme de pinta, reprobar exámenes y hacerla de “rebelde” era lo clásico y porque además, nunca has visto una competencia tan grande por ver quién es la más popular, la más inteligente, la de más dinero o la más santa, como en la preparatoria.


A la mitad de la preparatoria creo que me redimí, dejé a muchos amigos y me concentré en algo más que sólo pasarla bien, y pude mejorar mis calificaciones. Evité los exámenes extraordinarios y mi diploma de preparatoria con una calificación arriba de 80 junto con el exámen de admisión a la Universidad (que contesté medio dormida) fué lo que me dio el pase para ser admitida la primera vez que apliqué para un lugar dentro de un círculo tan difícil como es la Universidad Pública.
Ni yo misma creí cuando vi las listas de que había sido admitida, y mis papás no estaban muy contentos con la noticia. Por suerte tenía a familiares viviendo cerca de donde yo estudiaría, y gracias a que ellos me recibieron en su casa, pude iniciar las clases sin mayor problema, pero con muchos sacrificios.

Para entonces mi mamá no trabajaba y mi papá (hasta el día de hoy) pasaba los días trabajando en dos empleos. Me imagino lo difícil que ellos la pasaban al no poder ayudarme como ellos quisieran. Tal vez el mismo sentimiento que tienen muchos padres en este país al no poder apoyar a sus hijos, los cuales tendrían un poco más fácil si pudieran tener acceso a una Beca como yo lo hice en ese entonces, una Beca como la que otorga el Hispanic Scholarship Fund. Esa ayuda podría ser una gran diferencia, para evitar las calamidades a las cuales nos sometemos los que soñamos con estudiar una carrera.

Varias de esas calamidades fueron sufridas durante toda la carrera, aunque fué en los primeros semestres donde todo era más difícil porque estar en una ciudad tan grande como Guadalajara, implica un costo de vida más caro, no solamente en transporte, sino en alimentación y en materiales escolares. Mi papá entonces me envíaba lo que ahora pudiera corresponder a unos 10-15 dólares, a veces 1 vez al mes, a veces 2.

Casi a mitad de la carrera para ayuda de muchos estudiantes como yo, lanzaron una campaña de Becas para ayudarnos a costear nuestros estudios. Esta beca fue de gran ayuda para mí, junto con la que recibí para costearme mis clases de inglés. Además de estas dos ayudas, los transvales o boletos especiales para transporte a los que éramos elegibles los estudiantes y a mi trabajo de medio tiempo, es que pude terminar la Universidad.

Ahora que vuelvo a recordar todo el proceso, la verdad es que no entiendo cómo es que no me dí por vencida y mandé todo a la fregada. Los días se iban en levantarme a las 6 de la mañana o antes, tomar dos camiones para ir al inglés, salir de la clase e irme caminando para llegar al trabajo, donde salía cerca de las 3 de la tarde. Y de ahí, tomar dos camiones más, luego el tren y finalmente otro camión para llegar a clases, las cuales se terminaban por ahí de las 9 o 9:30 de la noche. Y entonces después, volver a la locura del transporte para llegar a casa cuando muy temprano, a las 10 de la noche. Esto sin contar el tiempo dedicado a tareas y proyectos.

Creo que las ganas de estudiar eran muchas, las ganas de terminar lo que había empezado eran demasiadas y el no perder las becas y llegar a casa con un título, lo era todo. Sin las Becas, no hubiera podido costear los libros, pagar las aportaciones o comer. Después de muchos esfuerzos, sacrificios y días donde la comida era lo último, finalmente terminé la carrera. Y un año más tarde, pude graduarme y obtener el título. Gracias a esto, obtuve mi primer empleo formal en el cual inicié como cajera y terminé como Gerente de Sucursal.
¿Sabes que es lo más bonito de todo esto? Que fuí la primera en mi familia en ir a la Universidad, y que gracias a esto, quiero pensar que motivé a mi hermana y hermano menor a que hicieran lo propio, y al igual que yo, después de una larga lucha y esfuerzo, hoy también pueden decir orgullosos que estudiaron una carrera. Ellos, como yo, pasaron por muchos sacrificios y también recibieron un granito de arena de las becas disponibles para ellos.

Ir a la Universidad es posible, requiere un gran esfuerzo de tu parte, encontrar los apoyos necesarios y no darte por vencido. Así como yo y mis hermanos pudimos obtener un título, me encantaría que mis hijas fueran a la Universidad y se graduaran algún día. Que entiendan lo importante de la Educación y lo mucho que significa para tener una mejor calidad de vida y obtener un mejor trabajo.

Espero que podamos darles a ellas esa oportunidad, y que si por alguna razón no es posible, tengan acceso a los apoyos como el que ofrece el Hispanic Scholarship Fund en conjunto con Johnson & Johnson Consumer Inc.. Y que sus sueños puedan hacerse realidad.


Si tus hijos están en ese proceso de ir a la Universidad, aún estás a tiempo de ingresar tu solicitud, cuyo proceso inició el pasado 1 de Enero y que culminará el próximo 30 de Marzo. CLICK AQUÍ para más información.


Sé que por ahora me dedico al hogar y que mi experiencia laboral fuera de casa ha quedado en pausa, pero el mérito no es menos. Pienso que el estudiar una carrera te permite tener más opciones, te permite ejercer, y llegado el momento, te puede permitir disfrutar en casa y disfrutar de tus hijos si es que así lo deseas. El tener un título Universitario es un gusto que nadie podrá quitarme y que puedo compartir con mucho orgullo, un título Universitario es para toda la vida.

¿Cómo fué tu experiencia al ir a la Universidad?

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