Recorrer los pasillos, los cuartos y cada una de las salas te muestra una y mil historias. Historias con las que te identificas, hayas venido a este país por las razones que sean. A final de cuentas, todos buscamos lo mismo: una mejor vida. Sea lo que esto signifique. El choque inicial puede ser en menor o mayor medida dependiendo de donde vienes, que hacías y cómo era tu vida en tu país de nacimiento. Pero al llegar aquí, la mayoría nos sentimos y nos convertimos en “los de afuera”.
¿Qué puedes encontrar en el museo?
Tiene diferentes áreas destinadas a explicar la historia de las personas que dejaron sus países para venir a Estados Unidos.
De las principales áeas están:
1. Una donde explica todo el proceso desde que las personas llegan en barco a la isla hasta donde son admitidos a este nuevo país. Es como una especie de autoguía donde cuarto tras cuarto, te muestran cada uno de los pasos que tenías que dar hasta que eras legalmente admitido. Encontrarás audios, videos, escritos, miles de fotos y objetos que las personas trajeron consigo. Además de objetos de las oficinas, hospitales y centros de inmigracián de la época. Se te apachurra el corazón con cada historia, cada rostro que vez, cada recuerdo, cada objeto que encuentras en las vitrinas. Vale la pena detenerse en cada uno de los cuartos y escuchar los audios, así como ver los vídeos y leer las historias porque sólo así puedes entender la magnitud de lo que un viaje y cambio como el que pasamos muchos, significa.
2. Hay otra área donde puedes ver ver en vitrinas montones de objetos de las oficinas de antes. Sin estar propiamente arreglados o distribuidos como entonces, simplemente te puedes dar una idea de donde se ubicaban o para qué funcionaban.
3. Un área que a mi me gustó mucho donde se narra la historia de cómo ha sido el proceso de inmigración desde diferentes puntos del planeta para llegar a un destino en común: Los Estados Unidos. Además de explicar las razones por las que las personas dejan su país. Que en la mayoría de los casos, no es por gusto. Te muestran el impacto que significa atreverte siquiera a pensar dejar lo conocido, el viaje por el que tienes que pasar, y finalmente la vida en un nuevo país, donde siempre serás parte de la estadística de inmigración.
4. En el segundo piso puedes incluso ver cómo es que eran las áreas para dormir de aquellos que permanecían en el centro de detención.
Además de esto algunos otros tours guíados y unos tipo mini cines donde muestran vídeos explicando la historia de la inmigración y del museo.
Si te gusta la historia, o quieres conocer, bien vale la pena el tiempo de la visita.
Vista del interior del área de inspección como se ve ahora. |
Así se veía el interior del centro de inspección, con largas bancas para los que llegaban. |
El proceso por el que pasaron más de 12 millones de personas al venir a Estados Unidos al llegar al centro de Inmigración en la Isla Ellis antes de pisar “tierra” se parece mucho al que mi familia y yo pasamos hasta donde nos encontramos ahora. Es cierto, no llegamos en barco ni tampoco teníamos la desventaja del idioma, mucho menos vivimos en tiempos en donde tu rumbo podría parecer aún más incierto. Pero los procedimientos, regulaciones y revisiones, siguen siendo casi las mismas.
Nosotros venimos a este país con una visa, y el camino fué dificil. No me quiero imaginar para quienes vienen sin ningún documento que les permita permanecer aquí. Y cada vez que personas que no conocen el proceso se jactan, burlan o exigen que “deberían venir de manera legal” (refiriéndose a quienes no tienen documentos) me dan ganas de jalarme el cabello de la frustración. Y ganas de regalarles un diccionario, un video, o algo que los haga entender. El proceso no es en lo más mínimo fácil y tampoco es rápido. Y por si fuera poco, tampoco es barato.
- Llegaba el barco a Nueva York. Si eras de primera y segunda clase te revisaban a bordo del barco, si eras de los más pobres, ibas directo a la Isla Ellis en otra embarcación.
- En la segunda embarcación te llevaban a los edificios principales. Estos consistían en un gran salón con un gran número de bancas para sentarte, pero cuando las filas eran demasiado grandes, ocupaban las escaleras y los pasillos del segundo piso.
- Tenías una inspección médica mientras estabas en las largas filas. Los doctores te revisaban para ver si tenías algún signo de enfermedad. Si te veían sano pasabas a la inspección legal. Esta revisión en ocasiones llegó a ser tan rápida que era conocida como la de “los 6 segundos”. Los síntomas más rápidos de detectar eran los estornudos, tos, dificultad para respirar o cojera.
- ¿No pasabas la revisión médica inicial? pasabas a una segunda revisión, donde no solamente se te hacía una evaluación física, sino también sicológica. En esta segunda revisión podían darte el visto bueno, o dejarte para hospitalización.
- Sin embargo, si tu enfermedad era incurable, te regresaban a tu lugar de origen. O sea, no pasabas.
- Durante la inspección legal, se te hacía una serie de preguntas para determinar si eras elegible para entrar al país. La mayoría pasaba, el resto eran detenidos.
- Los que eran detenidos debían pasar a una especie de juicio, en donde familiares y amigos del detenido testificaban a su favor. Y si el juez estaba satisfecho, aceptaba su entrada. De otra manera eran rechazados y podían apelar la decisión.
- Los que apelaban tenían un 50/50 de ser aceptados o en su defecto, rechazados.
- Pasadas estas inspecciones eran admitidos para ingresar al país.
Salir de tu país de origen e irte a uno que no conoces puede causar un gran impacto. No solamente te enfrentas a la famosa “adaptación”. Que por cierto muchos estadounidenses toman como que uno debe olvidar completamente lo que era, de donde viene y hasta el idioma que habla. Sino también te enfrentas a la presión de no perder “tu identidad”. O sea, vives de alguna manera en dos mundos. Que es mejor y más bonito, que ayuda y tiene sus ventajas, pero que también es pesado, doloroso, frustrante a veces, pero necesario.
Creo que a final de cuentas, todos los que llegamos para cumplir nuestro “sueño Americano” venimos a aportar algo a este país. Sean nuestras experiencias, nuestro idioma, nuestra mano de obra, nuestras ideas, nuestras costumbres, nuestra alegría y hasta nuestra nostalgia. Cada uno de los que hemos venido a a este país traemos nuestra propia historia, miedos, planes, sueños, metas, yla esperanza de una vida mejor. Y aunque cada uno llegó de diferentes partes, por diferentes medios y por diferentes razones, al final a todos nos une algo: somos inmigrantes.
Y de inmigrantes, se ha formado este país.
No les pido a los que no sepan que entiendan el proceso, la historia o las experiencias de otras personas. Pero por lo menos deberíamos ser más tolerantes. Exigir menos y respetar más.
Y si tienes oportunidad, escucha sus historias, sus anécdotas, sus sueños. Y de paso, visita este museo que te dirá tanto, que te tocará el corazón. Aunque sea, un poco.
¿Qué crees que es lo más difícil de dejar tu país de origen para emigrar a otro?