El Blog, mi blog ha cambiado de ser “El pequeño espacio de Libélula Latina” a simplemente “Una Mexicana en USA”. Me tomó más de dos años decidirme a cambiar el nombre, primero porque tenía nostalgia sobre ese nombre y segundo, porque me daba miedo.
El nombre anterior nació a partir de mi usuario en el Sitio de Mamás Latinas. Y simplemente le agregué que era eso, mi pequeño espacio.
Conforme el Blog iba cambiando o evolucionando, me fui dando cuenta que el nombre realmente no tenía que ver con lo que yo quería compartir o estaba compartiendo. Que no me sentía representada. Era lindo, no lo voy a negar. A final de cuentas lo usé no solamente en el blog sino en todas las redes sociales. De aquí se fue a Facebook, Twitter e Instagram. Allá era más fácil porque de alguna manera incluía las palabras que para mí eran claves: libélula Latina.
Claves en el sentido de que eran fáciles de recordar, pero no que representaban del todo lo que yo era, o lo que quería transmitir.
Después de asistir a #WeAllGrow, me convencí completamente de que el nombre tenía que cambiar. El mío era demasiado largo. Y no es que uno quiera comparar con otros nombres y decir “ese es mejor”, pero si me ponía a pensar que debía elegir uno que fuera mejor al que yo misma ya tenía. Bastó con mencionar varias veces el nombre de mi blog ante la pregunta “Cuál es tu blog” para darme cuenta que lo primero de mal que tenía, era la extensión, o en otras palabras, decía mucho sin decir nada en un montón de palabras.
Tenía la intención de cambiarlo desde el año pasado, cuando empecé a participar en la comunidad de Collective Bias o Social Fabric, pero como lo mencioné anteriormente, me daba miedo. Me daba miedo el cambio como tal, me daba miedo equivocarme, me daba miedo elegir uno que después no me gustara. Y los meses fueron pasando.
Yo sabía que tenía que cambiarlo, pero hasta hace unas semanas no había encontrado otra persona que me lo corroborara. “Se mira muy amateur” “Es demasiado largo”, me dijeron y lejos de molestarme, sólo confirmaba lo que yo ya sabía pero tenía miedo o flojera de aceptar.
Y bueno, finalmente ahora puedo decir que me quité el miedo, compré mi dominio y cambié el nombre. Nada sencillo, pero aquí estamos.
¿Por qué Una Mexicana en USA? Porque a final de cuentas eso es lo que soy. Es la manera más fácil de describir no solamente de donde vengo, sino el Idioma que hablo, la comida que cocino y la manera en que mis hijas serán educadas y por supuesto, el lugar en donde vivo al que llamo mi segundo hogar. A final de cuentas mi interés es adaptarme a esta Cultura, Idioma y costumbres sin olvidar mi propia Cultura, Costumbres, Tradiciones y por supuesto mi Idioma. Y eso precisamente es lo que comparto aquí: cómo combino las dos culturas a través de la comida, las manualidades y mi experiencia como mamá.
Además, el nombre es más corto, más práctico, más al punto.
Desde hoy, esto es Una Mexicana en USA. Espero que te identifiques conmigo, y me acompañes en esta nueva aventura.
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