Hace un mes más o menos, compré una pequeña planta de menta que encontré en una tienda. La elegí porque de alguna manera estaba cansada de que siempre que compraba la menta o hierbabuena en cajitas, se me echaba a perder porque la olvidaba en el cajón de las verduras del refrigerador. Con una planta, no sería lo mismo puesto que la pondría justo donde la podría ver todos los días: en la ventana de mi cocina. Y es que una planta como esta sólo necesita dos cosas: agua y sol. Pero conforme ha pasado el tiempo me he dado cuenta que la planta va creciendo, a un paso más…