Desde que tenemos nuevo presidente en Estados Unidos, las cosas parecen más feas. Las noticias son las más negativas que he visto en los más de 9 años que tengo viviendo en este país y los ánimos de la gente parecen los más tristes. Y es que, ¡cómo no sentirte mal cuando no sabes si algún día te va a tocar también “dejar” este país! –y no precisamente por decisión propia-. Aunque al principio no nos veíamos viviendo una eternidad en este país, nos hemos acostumbrado mucho a la vida aquí. Pero la idea de qué pasaría si regresáramos a México, no parece del todo descabellada. Ni tampoco nos asusta tanto. No nos gustaría por supuesto dejar nuestro segundo hogar de manera precipitada, a nadie le gusta el cambio repentino. Pero si llegara a pasar, creo que como siempre, nos acostumbraríamos al cambio. Aún así, habría cosas que extrañaría de Estados Unidos si tuviera que regresar a México.
Algunas cosas pueden parecer un tanto frívolas, aunque la mayoría no lo son. Las cosas que extrañaría son aquellas en las que encuentro hay mayor diferencia entre un país y otro. Aunque la lista puede cambiar de una persona a otra y de sus experiencias. Aquí mi lista:
Las Bibliotecas. Viviendo en México no conocí bibliotecas como las de Estados Unidos. Aquí obtienes una tarjeta y puedes llevar a tu casa no solamente libros, sino también revistas, y material audiovisual. Además, las bibliotecas más equipadas tienen computadoras que pueden ser utilizadas por aquellos que no tengan una en casa. En las bibliotecas te pueden ayudar a llenar tus formatos de los impuestos. Incluso recuerdo que en la biblioteca de Milpitas, en California, había días en los cuales se daban clases de yoga. O sea, las bibliotecas son más que un lugar para ir a buscar libros y leer. Hemos sido felices con cada biblioteca que hemos tenido al alcance. Mis hijas adoran tener una tarjeta y poder retirar docenas de libros para llevar a casa y leer. En México los niños y en general las personas no tienen tanto acceso a los libros y las bibliotecas. Aún nos falta mucho.
Los parques. Una de las cosas que me gustan, es que hay gran variedad de parques donde los niños pueden jugar. Y la mayoría están en muy buen estado. Los parques más grandes, tienen áreas que puedes utilizar para comer, con mesas para picnic y algunos incluso hasta áreas de asador. No por algo muchas personas los prefieren para hacer sus fiestas infantiles. En México son contados los parques. Al menos tenemos las unidades deportivas, que casi siempre sólo es una por área o ciudad.
Los caminos o trails. Este es uno de mis lugares favoritos. Y de los tres Estados en los que hemos vivido, el de ahora es el mejor en cuanto a los trails o caminos de tierra para caminar. Me encanta porque es enorme, y tiene varios tipos de terreno. Por donde vivimos, es plano y lo puedes usar también para correr y andar en bicicleta. Durante el invierno los árboles dejan las hojas y se vuelve un poco desierto y sin sombra, pero en la primavera y verano, los árboles se ponen verdes y aún cuando haga calor, la sombra de los mismos es muy agradable. Hay otras áreas más como de tipo montaña, que son para caminar o correr, donde te encuentras paisajes muy lindos. El acceso a los caminos o trails es muy cómodo y casi siempre van ligados con algún parque.
El sentimiento de seguridad. En general, nos hemos sentido seguros viviendo en Estados Unidos. Y salvo un detalle en California donde rompieron el cristal de nuestro auto en el estacionamiento de los departamentos donde vivíamos, nunca nos hemos sentido inseguros. Quizás tenga que ver con las ciudades donde hemos vivido, y hasta con los vecindarios, que han sido tranquilos. Pero incluso ahora, donde estamos lejos de la ciudad y más cerca de los sembradíos, el sentimiento de seguridad es una calma que no sentíamos en México. Donde desgraciadamente hay que poner rejas en todo, y donde dejar algo junto a la puerta de tu casa no te asegura que estará ahí al día siguiente.
El orden al manejar. Tal vez eso sea como dice el dicho “cada quien habla como le va en la feria”. Pero como en el párrafo anterior, nos han tocado buenas experiencas. Claro que no es lo mismo manejar en Peoria que manejar en los Angeles, pero la mayoría de las personas siguen un orden. Se respetan los límites de velocidad y salvo uno que otro cafre que no usa sus direccionales o quiere que subas tu velocidad al presionarte si viene atrás de tí, todo es más organizado. Manejar en México es toda una odisea. Así sea un pueblo chico como donde nací o una ciudad más grande como Guadalajara. Es un caos. Siempre he dicho que aún cuando aprendí a manejar en México, la educación vial la recibí en Estados Unidos.
No pagar en las autopistas. Viajar de un lado a otro dentro de los Estados Unidos, es relativamente barato. Y parte de eso se debe a que –salvo en contadas autopistas-, no hay que pagar por el uso de las mismas. Y la mayor parte de las autopistas están en muy buen estado. En México en cambio, casi para viajar a cualquier lugar, hay que pagar no una, ni dos, sino muchas veces más de 3 casetas para ir a cualquier destino. Por ejemplo, de Guadalajara a Vallarta, o de Guadalajara a Morelia. Aquí hemos viajado casi de orilla a orilla del país sin pagar ninguna.
Poner gasolina al auto sin ayudante. Tardé varios años en poner gasolina al auto, primero porque no manejaba y después por que mi esposo era quien lo hacía. Casi siempre dejaba el auto con el tanque lleno y así yo no tenía que ir. La primera vez que lo hice para mí fue un triunfo. La verdad no sabía cómo hacerle ni qué esperar. Pero si algo me gustó, fué que no había una persona que pusiera la gasolina a mi auto, ni otra que quisiera limpiar el cristal. Todo lo hace uno.
El uso de cupones y las políticas de devolución. Si hay algo que me encanta, es ahorrar y usar cupones. Los uso en papel, directo del teléfono o con códigos. Te ahorras mucho cuando realmente los usas para cosas que de todas maneras ibas a comprar. Y de las devoluciones, casi todo se puede regresar y la mayoría de las veces sin tanto alboroto. Y el dinero te lo regresan.
Los horarios de trabajo de mi esposo. No es por nada, pero una de las cosas que notamos desde el principio, es lo cómodo que son los horarios de trabajo de mi esposo. Nada de trabajar por la noche (salvo un par de excepciones) o los fines de semana. Siempre ha estado disponible para los eventos de la escuela y las prácticas deportivas de mis hijas. Si regresáramos a México, no estoy segura que eso podría continuar igual. Y la verdad, cambiaría muchísimo nuestro ritmo de vida.
Las escuelas. Yo sé que en todos los lugares se cuecen habas, pero de nuevo, nuestra experiencia con las escuelas ha sido buena. Me gusta que todas tienen biblioteca (unas más grandes que otras), acceso a computadora, clases de música y arte. Son escuelas públicas, no son privadas. Aunque no todo es gratis, ya que de nuestros impuestos, se pagan las escuelas. Si quisiéramos algo parecido en México, tendríamos que gastar en una escuela Privada, y no estoy segura si eso sería algo que nos gustaría a nosotros como papás, ni a nuestras hijas.
El aire acondicionado. Ya sé, un tanto frívolo. Pero ¿a poco no es la onda poder usar el aire acondicionado en casa cuando afuera parece infierno, o poner la calefacción cuando afuera es un congelador? Claro que de repente acá exageran y con tantito que la temperatura baje o suba, las tiendas se convierten en hornos o congeladores, según sea contraria la temperatura afuera. Acá la mayoría de las casas cuentan con calefacción o aire frío. En México eso es algo que sólo las personas con mucho $$ pueden tener. Es un lujo pues.
La ausencia de ruido. La manera en como están construídas las casas hacen que el ruido de afuera se aisle casi en su totalidad. Y salvo excepciones como cuando pasa el tren, caen rayos o el aire está que se lleva la casa, en general no se escucha nada. Ni la música que ponga el vecino, ni los gritos de nadie. En México escuchas todo. Y aunque uno se llega a acostumbrar al ruido, la verdad es que cuando hay ausencia de él (sobre todo a la hora de dormir) pues ya no lo toleras tan fácilmente.
La diversidad de culturas. En México mis hijas no tendrían la oportunidad de conocer ni tener amigas de otras culturas. Y eso es algo de lo bonito que hay en este país que se conforma de inmigrantes. Hasta ahora mis hijas han tenido compañeros y amigos cuyas familias vienen de Japón, China, India, Rumania y más. Sí, al final todos se comunican en Inglés. Pero el tener contacto y conocimiento con otras culturas, los hace más abiertos a aprender.
El respeto a los horarios. Si se dice a las 9, es a las 9. Hasta eso que se respetan los horarios y el tiempo de las personas. Salvo en los consultorios médicos, donde nunca se sabe. Pero pues eso es en todos lados.
Las ferias. Que son muy divertidas y tienen tantas cosas, no solamente juegos para los niños. Mi favorita hasta ahora ha sido la Feria de Alameda, en California. Cada año íbamos y nos encantaba ver la carrera de puerquitos, comer palomitas y disfrutar de diferentes exhibiciones. Además había muchísimas actividades para los niños. Ahora la que tenemos más cerca es la de la ciudad que es en Julio, y la Feria Estatal del Estado de Illinois que se lleva a cabo en Springfield en el mes de Agosto.
La familia. Aunque tenemos oportunidad de verlos sólo una vez al año, eso cambiaría de estar en México. No sería tan fácil viajar de México a Estados Unidos como lo hacemos dentro del país. Empezando por el tipo de cambio, que todo se tendría que cambiar a dólares. Y sin contar que otros factores afectarían, como las vacaciones a las que podríamos o no podríamos acceder.
Por supuesto que hay muchas otras cosas que extrañaría, y muchas que no. No hay país, ni ciudad, ni estado perfecto. Pero la mayoría de lo que está en mi lista, sería de gran ayuda en México. Como las bibliotecas, por ejemplo. Estas cosas nos han ayudado a tener una mejor calidad de vida: tenemos más tiempo, más espacio, mayor convivencia familiar. Para nosotros como familia nos ayuda mucho. Aunque claro que al final, eso es lo más importante, estar en familia donde sea que el destino nos lleve.
Las cosas que no extrañaría para nada de este país, las dejo para otro post.
Si vives fuera de tu país de origen,
¿que es lo que extrañarías del país en el que vives ahora si tuvieras que regresar?
10 Comments
mavi trapos
supongo que cada país y cada lugar en general tiene sus cosas pero por lo que leo, ahora vives muy bien y tienes muchas cosas buenas y positivas aunque entiendo que siempre se extraña el lugar de donde vienes
Blanca De Dios
Sí vivimos bien y tranquilos, igual lo hacíamos en México, aunque muchas cosas eran diferentes. Como los horarios de trabajo por ejemplo. Creo que se compensan unas cosas con otras.
Melba
Blanca, como estás? es increible la similitud que hayen nuestros pueblos, no entiendo como estando en un mismo continente, unos nos comportemos de una manera (todos los latinos) y otros de otra (los americanos). Es tan lindo copiar lo positivo de otras culturas y a veces lo que se hace es lo contrario. Gracias por compartir tus vivencias.
Blanca De Dios
Si, todos tenemos algo bueno y positivo, es cuestión de buscarlo y quedarnos con lo mejor. Todos podemos aprender de todos 🙂 mientras estemos abiertos a ello.
Diala Canelo
Me gustó mucho leer tu blog. Yo vivo en Canadá y aunque extraño mucho mi país, adoro vivir acá 🇨🇦
Blanca De Dios
En qué parte de Canadá? yo sólo he visitado Toronto, pero me gustó mucho. Saludos!
Kate
Este es un post tan interesante. Me encanta escuchar tu perspectiva de vivir en los Estados Unidos.
Blanca De Dios
Gracias por leer Kate!
Enriqueta E Lemoine
Como siempre Blanquita, es un gusto leerte. Suscribo cada uno de los puntos!
Blanca De Dios
Gracias! hay muchas cosas buenas en este país.